En Sevilla trabajamos con Pedro Roldán. Un hombre encantador, tan generoso como sevillano, amante de su ciudad, conocedor de tantas cositas, y responsable de protocolo.
Nos recordó el sentido y la liturgia del sacramento de la primera comunión. Coreografía: tras la entrada, las lecturas, la homilía, la renovación de las promesas bautismales, la oración de los fieles y el credo, llega el nucleo central de la dramaturgia litúrgica eucarística. El Ofertorio, la Consagración y por fín la Comunión: el niño recibe a Jesucristo bajo las especias de pan y vino. El sacerdote se le acerca y le dice, "el cuerpo y la sangre de cristo", a lo que el niño responde, "amén". Recibe en su lengua la hostia consagrada mojada en el vino y se guarda silencio, para que el niño entre en conversación con Jesucristo.
Luego la Bendición Final y a casa.
Gracias Pedro
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